Una mujer sostiene que tuvo un aborto espontáneo pero la juzgan por homicidio
El debate comienza el 1 de agosto. Se trata de una joven de 29 años imputada por homicidio culposo doblemente agravado por el vínculo y alevosía.

El próximo 1 de agosto comenzará el juicio a una mujer de 29 años acusada de matar a su hija recién nacida, en un hecho ocurrido en la localidad de Esquina.
El feto fue hallado desmembrado y enterrado en el patio de una vivienda el 10 de noviembre del 2021. Los efectivos de la Comisaría de la Mujer y el Menor de Esquina encontraron el cuerpo sin las piernas ni los brazos, y semienterrado.
“Es todo muy injusto. Acá en Esquina hay muchos casos de violadores, de asesinatos, de ladrones y todos tuvieron su domiciliaria, pero para mi hija Ana, no. La mantienen detenida, no le dan psicólogo y la obligan a esperar el juicio alejada de su familia. A veces, la comisaría me llamaba tarde a la noche para ver si la podía calmar, porque la veían angustiada y tenían miedo de que se hiciera algo. Sus dos hijos son chiquitos y la necesitan. Pero la Justicia no entiende nada de esto”, dijo a Clarín Gladys Ferreira, la mamá de la joven de 30 años que está detenida desde mediados de noviembre, imputada por homicidio culposo doblemente agravado por el vínculo y la alevosía, tras sufrir una emergencia obstétrica en su casa.
Ana continuará detenida hasta el inicio del juicio el 1 de agosto en el Tribunal Oral Penal de Goya, a cargo de los jueces Jorge Antonio Carbone, Julio Ángel Duarte y Ricardo Diego Carbajal, a pesar de los pedidos de cese de detención preventiva o de cambio a prisión domiciliaria que había interpuesto su abogada, Natalia Ávalos.
“Nuestro Código Penal establece que la prisión preventiva es excepcional y que se puede dictar por dos motivos, que son la obstaculización del proceso o el riesgo de fuga. A esta altura, no hay forma que Ana pueda obstaculizar el proceso, porque ya se tomaron todas las evidencias. Y, sobre la fuga, en términos económicos, ella ni siquiera salió de la provincia”, agrega.
“Hablamos de una mujer pobre, que se dedicaba a tareas de cuidado de sus hijos de 11 y 6 años, y sus hermanitos. Realizaba comidas los fines de semana para vender o atendía eventualmente algún negocio cuando podía. A veces, limpiaba casas, como su mamá. Pero es una persona que vive en un terreno alejado del centro, que comparte con una familia de más de diez personas, tiene dos hijos a cargo y nunca tuvo trabajo formal. Son gente poco instruida, que hicieron muy poquito de la primaria, analfabetos. Ana no tiene herramientas para fugarse”, explicó la abogada Ávalos. La autopsia pedida por el fiscal subrogante Javier Gustavo Mosquera, que acusa a Ana por el hecho, “da algunos indicios de que algunas lesiones podían ser vitales, pero para determinar mejor eso se envía al análisis patológico, que manifiesta que no se puede determinar que haya nacido con vida”, explica Ávalos a Clarín y agrega que, de todas formas la pericia “está viciada de nulidades por todos lados”.
En los resultados de esa pericia, y que lleva la firma de la médica forense Ivana del Carmen Fernández y del psiquiatra forense Leonardo Luna Salvetti, se afirma que “por los fenómenos de defradación o lisis celular, autolisis y necrosis no es posible una evaluación precisa, lo que impide concluir en un diagnóstico certero en cuanto a si respiró o no el feto: no se puede determinar histológicamente si respiró”.
La abogada sostiene que el feto fue expulsado muerto y que el fiscal no tiene ninguna prueba conclusiva de lo contrario, de que hubiera nacido con vida, según lo que se desprende de esta autopsia.
En el mismo párrafo de la autopsia, los forenses agregan que tampoco “se puede establecer diagnóstico de lesiones vitales en los cortes de miembros superiores e inferiores”, es decir que las lesiones que presentaban los restos hubiesen sido realizadas sobre una persona viva. El cuerpo fue hallado semienterrado en el terreno familiar, sin sus miembros superiores y parte de los inferiores. En la investigación también se trata de determinar cómo se produjeron esos cortes.
Fuente: El Litoral