¿Milagro en Itatí? Incendio consumió todo menos la figura de la Virgen
En la localidad correntina de Itatí, un devastador incendio consumió la casa del músico Julio Saucedo, dejando en pie solo una imagen y un cuadro de la Virgen de Itatí. Mientras la comunidad se une para ayudar en la reconstrucción, este hecho fortalece la fe y esperanza de los vecinos, siendo considerado por muchos como un milagro.
En un lamentable suceso que tuvo lugar en la localidad correntina de Itatí, Julio Saucedo, destacado músico de la región, vio cómo las llamas consumían su hogar debido a un cortocircuito ocurrido en la madrugada del lunes. Sin embargo, en medio de la desolación, un rayo de esperanza y fe se hizo presente: una imagen y un cuadro de la Virgen de Itatí se mantuvieron intactos, desafiando a las devastadoras llamas.
«Perdió todo, la heladera, mesa, cama, sillas y hasta sus preciados instrumentos», relató conmovido Roberto, amigo cercano y compañero musical de Saucedo, en declaraciones a El Litoral. El infortunio dejó a Julio sin sus pertenencias más queridas y sin un techo donde resguardarse.
Vale destacar que Saucedo, quien es viudo, vive solo, aunque cuenta con el respaldo de sus dos hijos, quienes actualmente se desempeñan como prefecturianos. El incidente ha sacado a relucir la solidaridad de los vecinos de Itatí, quienes, conmovidos por la situación, no dudaron en acercarse y ofrecer su ayuda.
En las últimas horas, la comunidad ha donado colchones y una suma de dinero, con la cual Julio y sus allegados pudieron adquirir materiales para la instalación eléctrica, un paso fundamental para la reconstrucción de su vivienda.
Este suceso, más allá de la pérdida material, refleja la fuerza y unión de la comunidad de Itatí. Además, la inexplicable preservación de la imagen de la Virgen en medio del incendio ha generado asombro y reafirmado la fe de muchos, siendo considerado por muchos habitantes del lugar como un verdadero milagro.
Por ahora, mientras se esfuerzan en reconstruir lo perdido, tanto Julio como la comunidad entera tienen un recordatorio tangible de la esperanza y la protección divina que, según creen, nunca les abandona.