En un partido cargado de polémica, Vélez eliminó a River Plate y avanzó a los cuartos de final
El Fortín empató 0-0 en el Monumental e hizo pesar el 1-0 obtenido en Liniers. Al Millonario le anularon un gol de Suárez
Vélez Sarsfield hizo valer el gol de Lucas Janson en la ida en Liniers: igualó 0-0 en el Monumental, eliminó a River Plate, uno de los grandes candidatos al título, y avanzó a los cuartos de final de la Copa Libertadores. En Núñez le tocó aguantar los embates del local, que dominó casi todo el partido y mereció el triunfo, aunque la visita también fue punzante de contra. El cotejo estuvo cargado de polémica: al Millonario le anularon a instancias del VAR un gol de Matías Suárez que hubiera llevado la serie a los penales.
La Banda saltó al campo con el plan de no dejarse avasallar como en la ida. Para eso, resurgió la presión furiosa que resultó un sello en la era Gallardo, y el equipo exhibió otra dinámica en ataque, con movimientos más veloces y un Julián Álvarez decidido a que su último partido antes de partir a Inglaterra no pase inadvertido.
Así, ya a los dos minutos, el local casi abre el marcador: el cordobés dejó pasar, Aliendro habilitó a Romero quien, mano a mano, tocó con el revés del pie, pero la pelota rozó en el palo y salió. El Fortín esperó un poco más, pero manteniendo a grandes rasgos la estructura del duelo de ida, con los cuatro hombres de ataque para bloquear a los laterales adversarios y la conducción de los centrales.
Pero con esa fórmula asustó. A los 10′, probó Bou y Armani rechazó sin problema. Y a los 15, Paulo Díaz dejó un pase corto, Janson lo interceptó y remató: el arquero debió esforzarse para atajar el esférico. Con el correr de los minutos, la V azulada cerró mejor los espacios y el monopolio de la pelota de River dejó de tener tanta profundidad. El local llegó bien hasta tres cuartos, pero le faltó la puntada final.
Gallardo da indicadiones: puso en campo un equipo agresivo (REUTERS/Agustin Marcarian)
El segundo tiempo fue un concierto de River, que aprisionó a Vélez. Los cambios impulsaron aún más al Millonario, más allá de que le costó romper el cerco del Fortín, que de todos modos, de contra, llegó dos veces claras. En una, Armani volvió a ganarle el duelo a Osorio, como sucedió en Liniers.
Quintero, Suárez y Barco, con altos y bajos, por momentos con decisiones apuradas o erróneas, oficiaron de revulsivos. Lo tuvo De la Cruz y a 14 del final llegó la gran polémica de la noche. Barco desbordó por izquierda, lanzó el centro y Matías Suárez conectó de cabeza. Sin embargo, el VAR convocó a Tobar. Y en la repetición se pudo advertir que parece que, luego del testazo, el balón hace escala en el brazo del cordobés antes de viajar a la red. Fueron 7 minutos de revisión, y el chileno, que hasta convocó a uno de sus asistentes ante el nivel de duda que tenía, definió anular la acción. El reglamento lo avala, aunque no hubiera intención. Pero no queda claro si efectivamente hubo roce en la extremidad.
Desde ahí, el duelo fue todo nervios. El banco de River protestó en continuado y, más allá de la intención del equipo de Gallardo de jugar, la búsqueda se hizo impetuosa y desprolija. Empujó, pero no le alcanzó. Incluso reclamó un penal por codazo de Godín a Beltrán, que en realidad no fue, ya que se trató de una disputa aérea normal.
Vélez jugará ante Talleres de Córdoba, que desplazó a Colón, en los cuartos de final. Y River, que se armó para llegar lejos, pagó el mal partido de ida y se quedó con la bronca (y la duda) de la jugada de Suárez, que le podría haber dado otra oportunidad en la llave.