Internacionales

El conflicto de Medio Oriente y sus consecuencias

Choque de civilizaciones es el nombre que recibe una teoría acerca de las relaciones internacionales. Tal como se conoce, fue formulada en un artículo de Samuel Huntington publicado en la revista estadounidense Foreign Affairs en 1993 y transformado en libro en 1996.

Utiliza un nombre de la física «clivaje», es el lugar de ruptura, de fractura de las distintas culturas, donde define que las relaciones internacionales armónicas y los conflictos se van explicar con este paradigma, «la cultura y su pertenencia». Es bueno contextualizar que en los años 1989 y 1991, un 9 de noviembre, ocurrieron dos fenómenos respectivamente, el primero fue la caída del muro de Berlín y el otro la caída e implosión de la Unión Soviética, es decir, el final de la guerra fría tal cual se conocía en el período de la posguerra fría.

 

Dados estos fenómenos, la derrota del comunismo, proliferaron distintas teorías en relaciones internacionales, una que pretendió ser hegemónica (promovida por el poder), que decía que el mundo dejó de ser bipolar, se volvió unipolar y hegemónica, donde el líder es EEUU, llegando el fin de la historia y ganando el internacionalismo liberal. Destaca esta teoría, que ganarían además los procesos democráticos y la paz estaría asegurada, intentando imponer en todo el mundo procesos de democratización, el autor de esta teoría fue el politólogo americano Francis Fukuyama.

 

La anterior teoría se inspiraba en Immanuel Kant en su «paz perpetua», escrita en 1795, en la que el paradigma está que entre democracias no hay guerras y si la hay entre democracia y socialismo.

 

Esta teoría enseguida tuvo verificaciones empíricas, fracasó la guerra de los Balcanes y fundamentalmente con la caída de las torres gemelas en año 2001, se acabó el romance con el fin de la historia, la revolución llamada primaveras democráticas en el mundo musulmán fracasaron.

 

Se pone en valor esta teoría de la cual estamos hablando, de «choques de civilizaciones».

 

Debemos recordar que en relaciones internacionales siguen vigentes las teorías clásicas. Por ejemplo, «el realismo» que parte de la base que entre enemigos no se coopera, rige la mala fe inherente de ambos enemigos. Este paradigma junto al choque de civilizaciones tratan de aproximarse a lo que ocurre en este conflicto.

 

Otro elemento diferencial en la finalización de la guerra fría, donde EEUU se convertiría en una potencia hegemónica unipolar es que hoy el mundo es multipolar, aparece una potencia que compite en todos los terrenos como lo es China, la India, potencia nuclear y con una dinámica económica se convierte en la democracia más grande del mundo de habla inglesa, con 1400 millones de habitantes, y Rusia potencia nuclear con recursos naturales estratégico y alta tecnología de poder duro.

 

En conclusión, este agravamiento del conflicto entre Irán e Israel puede ser un punto de partida de una guerra que pierda el carácter regional y se convierta en cuotas en una potencial guerra a gran escala.

 

La pregunta es en el marco del paradigma del choque de civilizaciones y la invocación de que EEUU es Occidente, lo que tenemos que defender. La noticia es que Samuel Huntington, cuando define las seis culturas, excluye a América Latina como el Mundo Occidental y nos trata como su cultura indoamericana y en esto hay que recordar que en relaciones internacionales se enseña que «uno no es lo que dice, sino cómo te perciben los otros». El líder del mundo Occidental EEUU, con su comportamiento geopolítico trató siempre a América latina como patio trasero y como si no fuéramos del mundo occidental.

 

Para terminar podemos definir a Occidente como la cultura Greco Romana, el derecho Romano y la religión Judeo – Cristiana. El poder hegemónico de Occidente, no nos reconoce que seamos socios de ese club metafóricamente hablando, lo que sí, debemos ser funcionales a sus intereses y pertenecer a su área de influencia, pero somos una subcultura. Esto deja más preguntas que respuestas, pero la alineación automática ciega no es una respuesta inteligente en un mundo multipolar.

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