La Provincia evalúa el impacto de la sequía en la forestación y recomiendan técnicas de cultivo a productores
La Secretaría de Desarrollo Foresto Industrial, del Ministerio de Producción de Corrientes coordina distintas estrategias con diversos organismos científicos y del sector productivo de la provincia, con el fin de abordar la problemática asociada con la aparición de focos de mortalidad de árboles y rodales de pinos en Corrientes, que en 2021 y 2022 se agravó de manera considerable producto de la sequía por lo cual se brindaron recomendaciones a los productores forestales.
Esta situación generó la necesidad de abordar de manera integral y multidisciplinaria diferentes estrategias y conocimientos que permitan estar mejor preparados para minimizar futuros fenómenos similares (aptitud de los diferentes suelos, esquemas de preparación del terreno y de manejo silvícola, materiales genéticos de mayor adaptación, indicadores de sustentabilidad, ecofisiología, ecohidrología, imágenes satelitales, sensores remotos).
El evento extraordinario de sequía que abarcó el noreste de Argentina pero que se focalizó en la provincia de Corrientes, tuvo un impacto negativo importante sobre las plantaciones forestales que generaron preocupación en productores y autoridades provinciales, quienes en conjunto, solicitaron a las instituciones de investigaciones técnicas vinculadas a éste ámbito productivo un estudio detallado que permitiera identificar las causas, determinar el alcance y cuantificar pérdidas por este fenómeno. A pesar de la magnitud extraordinaria del evento climático, la superficie de plantaciones de pinos afectada alcanzó las 10.543 hectáreas y se pudo constatar que en su mayor parte fueron plantaciones en sitios de menor aptitud para el cultivo. Estos conocimientos son fundamentales para que empresas y productores replanteen sus plantaciones adaptando las mismas ante la alta probabilidad de nuevos eventos similares.
La provincia de Corrientes está atravesando aún hoy un período de sequía muy prolongado, de casi 3 años, que por su magnitud y duración y debido a que durante el verano 2021/22 se asoció con una intensa ola de calor, se transformó en un evento extraordinario que afectó a todos los ecosistemas de la región. Así, este evento causó no sólo la desecación de una enorme superficie que afectó la flora y fauna natural, siendo principal factor causante de incendios rurales, sino que también se observó un impacto sobre casi todas las actividades agropecuarias, afectando varios cultivos, tanto anuales como perennes, inclusive a las plantaciones forestales.
En este marco, ya en la reunión de la mesa forestal realizada en abril de 2022 fue planteado por parte de representantes del sector privado la presencia de mortandad de árboles de pinos, particularmente en la Región Noreste, que se relacionaban con la presencia de insectos plagas sin identificar. Estas demandas y varias otras comunicaciones de productores y profesionales forestales fueron atendidas por la Secretaría de Desarrollo Foresto Industrial, del Ministerio de Producción de Corrientes. Por tal motivo el Ing. Forestal Luís Mestres, a cargo de dicha Secretaría, se comunicó con el Dr. Pablo Peri, Coordinador Nacional del Programa Forestal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para exponer la situación que se iba extendiendo a diversas plantaciones de pinos, quienes convocaron a profesionales de las Estaciones Experimentales Corrientes; Bella Vista y Montecarlo del INTA; investigadores del IPADS Balcarce dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET); de la Dirección de Recursos Forestales de Corrientes (DRF); de la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (DNDFI) y del sector productivo de la provincia con el fin de abordar la problemática asociada con la aparición de focos de mortalidad de árboles y rodales de pinos en Corrientes, que en 2021 y 2022 se agravó de manera considerable.
Dicho grupo de profesionales, luego de varios meses de trabajo de gabinete y a campo, presentaron hace pocos días un informe técnico que contiene los principales resultados preliminares, hipótesis y sugerencias que se resumen a continuación:
1- Los estudios climáticos determinaron que, durante el período de diciembre 2021 a febrero 2022, se registraron condiciones meteorológicas extraordinarias que constituyeron un récord regional en cuanto a las máximas temperaturas atmosféricas alcanzadas y a la duración de esta “ola de calor”, sumadas a las escazas precipitaciones registradas durante los últimos tres años. Este tipo de eventos, se corresponden con las previsiones del clima a futuro generadas mediante el uso de modelos matemáticos.
2- Para poder estudiar la magnitud del impacto climático en las plantaciones se desarrolló una herramienta que analiza la información de terreno generada con imágenes satelitales. Gracias a esto y a la información sobre la ubicación y especie forestal cultivada aportada por las empresas, se pudo clasificar las forestaciones según el grado de afectación (proporción de árboles muertos). Con esta herramienta se determinó un total de 10.543 hectáreas (82,8 % en Pinus spp.15,8% Eucalyptus spp. Y 1,4% otras especies) fuertemente afectadas, y 24.202 hectáreas con menor grado de afectación en la provincia de Corrientes. La mortalidad se identificó con mayor frecuencia (50,5 %) en lotes de Pinus taeda de mayor edad. Esta herramienta no solo permite estimar el grado actual de forestación, sino que también, pude ser muy útil para monitorear cambio del estado sanitario de las mismas en el tiempo.
3- Con la información de 16 sitios afectados provista por varias empresas forestales de Corrientes y en base a los mapas de suelos de INTA se comprobó que 13 sitios presentaron una profundidad efectiva de suelo inferior a 60 centímetros, indicando algún impedimento para el desarrollo de raíces y/o para la infiltración del agua. Sumado a ello, se describieron las propiedades de los perfiles de suelo donde ocurrió la mortalidad de pinos y donde no se detectó este problema. Los resultados de dichas evaluaciones fueron volcados a un Sistema de Información Geográfica (SIG) definiéndose que en gran parte de la zona Centro y Centro-Norte de Corrientes existen para Pinus taeda 211.539 hectáreas potencialmente muy aptas, donde el problema no debería producirse, 133.542 hectáreas moderadamente aptas, con posibles afectaciones y 275.441 hectáreas consideradas sitios marginales donde, ante un fenómeno similar al ocurrido, la afectación podría ser mayor.
4- Si bien la mortalidad en algunas plantaciones de Pinus taeda fueron prácticamente a nivel de lote completo, se estudiaron casos de árboles sobrevivientes, analizando las tasas de crecimiento de ellos y de los que murieron producto de la ola de calor y sequía.
Observando diferentes situaciones según el manejo silvícola de la plantación y que la mortalidad se distribuyó de manera aleatoria existiendo árboles vivos y muertos separados por pocos metros de distancia. Estos datos ponen de manifiesto que la muerte de los árboles no solo podría responder a las características del suelo, sino que también, existe un componente genético asociado con la tasa de crecimiento que les permitió sobrevivir al evento climático de sequía y ola de calor.
5- Se observó que en varias zonas donde Pinus taeda y Pinus elliottii fueron dañados por el fenómeno climático, el pino híbrido (Pinus elliottii x Pinus caribaea) no fue afectado o resultó muy poco perjudicado. Este conocimiento indicaría que, en aquellos sitios con restricciones moderadas a altas podría implantarse Pino híbrido como una muy buena alternativa de corto plazo, ya utilizada por algunos productores.
6- Con una visión de largo plazo se considera importante introducir materiales genéticos procedentes de fuentes de semilla con reconocida tolerancia a estos fenómenos adversos a efecto de incorporar dicha tolerancia o resistencia a las actuales poblaciones de producción de alto rendimiento y calidad de pino taeda disponibles en la región.
Si bien el impacto del fenómeno climático extremo ocurrido recientemente en Corrientes fue relativamente bajo y circunscripto a ciertas condiciones ecológicas, teniendo en cuenta la superficie total implantada en la provincia con pinos, demostró la necesidad de abordar de manera integral y multidisciplinaria diferentes estrategias y conocimientos que permitan estar mejor preparados para minimizar futuros fenómenos similares (aptitud de los diferentes suelos, esquemas de preparación del terreno y de manejo silvícola, materiales genéticos de mayor adaptación, indicadores de sustentabilidad, ecofisiología, ecohidrología, imágenes satelitales, sensores remotos).
Así también queda claro que solo de manera cooperativa los actores del sector público y privado a través de acciones ejecutivas y presupuestarias compartidas, posibilitará contribuir.