Se llama Nicolás García, tiene 25 años y formó parte del equipo ganador que trabajó cinco horas con una modelo en quien representaron la cultura de los pueblos originarios de América Centra. Nicolás García es correntino y artista plástico.
Junto a su compañera, Ailén Navarro, quien es oriunda de Las Breñas, Chaco, ganaron el primer premio del 5° Concurso Internacional de Bodypainting que se realizó el fin de semana pasado en Buenos Aires. Allí trabajaron en el cuerpo de la modelo Cindy Wischnivetzky donde trazaron la “sabiduría ancestral” de los pueblos mesoamericanos.
Nicolás contó sobre sus inicios y lo que significa para él hoy, haber sido seleccionado entre más de 17 artistas como el mejor equipo de bodypainting. Es estudiante de artes visuales y desde muy chico tuvo facilidad para pintar y dibujar.
En el año 2017 empezó a incursionar en la pintura corporal a través de una propuesta de su amiga y hoy representante Celeste Piceda, quien además es la vendedora del maquillaje artístico que utilizan para sus intervenciones “Pintafan Color Pro”.
Desde ese entonces y con pequeñas muestras y eventos, empezó a vivir esta experiencia que lo llevó a conocer a Ailen con quien más tarde formaría un equipo.
El año pasado participó de la edición anterior de este Concurso Internacional organizado por la marca Pintafan. Nicolás contó que la emoción de ver el trabajo de los demás competidores los impulsó a seguir formándose y perfeccionando la técnica con la meta de regresar “mejores y más experimentados”.
Así fue que este año, con mucho esfuerzo, pudieron participar y viajaron a Buenos Aires a competir en el concurso que llevó como temática “Latinoamérica”.
“Luego de varios estudios, decidimos representar los pueblos mesoamericanos y centrarnos en la cosmovisión de las civilizaciones precolombinas. Esto nos llevó trabajo porque tuvimos que tratar de comprender la forma de pensar de pueblos diferentes sin limitarlos a punto de vista español que los veía como salvajes y bárbaros”, contó Nicolás.
De esta forma, la historia, mitos y leyendas de los originarios o llamados “hijos del sol”, fueron trazados en el cuerpo de Wischnivetzky, donde los artistas dibujaron los ciclos lunares, los astros, el día y la noche, y otras divinidades icónicas y sagradas para los indígenas.
En el rostro, trazaron las intervenciones que las tribus realizaban en sus rituales. En la cabeza, llevó puesto un casquete que representó “la serpiente emplumada”, una de las representaciones clásicas de las culturas mesoamericanas. En la parte abdominal plasmaron el rostro de la “madre de la vida” y más abajo, representaron el maíz como un alimento fundamental para los pueblos originarios.
A la hora del desfile, Wischnivetzky le agregó un plus de expresiones y baile al ritmo de la música del dúo Perota Chingó. Esto, más la impactante obra de arte que Nicolás y Ailen lograron demostrar, los llevó al primer premio que consistió en una suma de dinero de 13 mil pesos.
“Llevarnos el primer premio significó mucho para todo el equipo. Llevamos casi dos años trabajando juntos pasando por diferentes momentos pero siempre saliendo adelante. Fue una sorpresa muy grande escuchar nuestro nombre, subir al escenario y estar rodeados de las demás obras de los concursantes, recordar la emoción de otros años donde veíamos a los ganadores desde los asientos. Esta vez lo vimos desde otro ángulo”, explicó Nicolás.
Ahora invertirán ese dinero en comprar materiales que sirvan para seguir desarrollando la técnica y así seguir participando en otros eventos.
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