Al Xeneize no le salió nada ante Talleres y lo perdió por el gol del hijo del Chiche Soñora, justo un apellido conocido en Boca. Se cortó el invicto de Russo y ya no es líder. Para colmo, terminó descontrolado, con dos expulsados y Tevez salvándose de otra roja.
Pretender ver el mismo Boca, con la misma solidez y la misma capacidad de fuego, sería menospreciar la calidad de sus ausencias. Aún si Rossi disimuló muy bien la falta de Andrada, Jara no es Campuzano, ni Maroni es Cardona y nadie hace lo que hace Salvio. Eso sí, nadie pensó que Boca perdería tan fácil la cabeza… Y que Talleres le iba a ganar en la Bombonera por culpa de un Soñora.
Futbolísticamente, a Boca le faltó un poco de todo: intensidad en la recuperación que le da su volante central titular, el cambio de ritmo de Toto, la pausa de Cardona. Terminó en un híbrido, porque a su intento de hacerse dueño del terreno y la pelota le faltaban los intérpretes para hacerlo, y al final le quedaba más cómodo pararse de contra y apostar a Villa, pero Miguel insistía a que su equipo se calmara y no pensara en tres pases más allá. No hubo caso, más allá de un frentazo de Soldano que sacó Caranta.
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